sábado, 19 de noviembre de 2016

las movidas del cine: a propósito de U.S. Go Home (1994)


A lo largo de la historia del cine adolescente se ha utilizado la idea de La Fiesta como punto de inflexión entre la infancia y la madurez: la primera borrachera, el primer encuentro sexual, el primer choque contra las fuerzas del orden... Como cualquier otro tópico, ha tenido usos peores y mejores (hay que hablar siempre que sea posible de Supersalidos, pero también de Movida del 76 No puedo esperar, por ejemplo), y, como cualquier otro tópico, es fundamentalmente falso. La vida, la vida corriente, no cambia en una noche, pero si una persona se hiciese adulta en una fiesta no sería en la fiesta en la que se emborracha y pierde la virginidad, sino en la que se aburre y se da cuenta de que está haciendo el tonto.

U.S. Go Home está estructurada en torno a una fiesta iniciática: enterarse de que existe, convencer a la madre, llegar a ella, hacer el ridículo un rato y el inevitable y largo regreso a casa, convencida de que la vida es una sucesión de remordimientos y decepciones. Martine es una chica francesa en los años 60, con mucho más convencimiento en los ideales de liberación sexual que posibilidades para ello o ganas de aguantar a los hombres que pretenden aprovecharse de esta nueva ideología. Pese a ello, se propone colarse en una fiesta organizada por el chico al que desea y convence a su amiga para ello. Gran parte de la película está basada en escenas de baile en esa fiesta, con nuestra protagonista intentando adaptarse de cualquier manera a un ambiente que le es completamente ajeno.

Pero U.S. Go Home no habla solo los sentimientos negativos relacionados con la madurez, también trata de las relaciones forjadas entre los Estados Unidos y Francia, que aparece completamente colonizada culturalmente (sobre todo a través de la omnipresente banda sonora, bastante impresionante, por otro lado). Cuando Martine y su hermano huyen de la fiesta son recogidos por un soldado estadounidense que trabaja en la base militar que se encuentra en los alrededores. Este soldado les ofrece una Coca Cola, rechazada cortésmente por el hermano de Martine, ya que es comunista, pero el soldado convierte este ofrecimiento en una exigencia: si quiere montar en su coche tendrá que beber de su refrigerio (me parece una alegoría algo obvia pero ahí va la transposición geopolítica: da igual la historia política e ideológica de Francia, si quiere contar con la ayuda de Estados Unidos va a tener que pasar por determinados aros [todos conocemos el historial revolucionario francés y en qué parece haber quedado]). Aún así, el soldado está lejos de parecer una figura antagónica o cruel, y al final de la noche, Martine y él comparten unos bellos momentos de amor torpísimo.

Esta película está dirigida por Claire Denis y escrita por ella misma y Anne Wiazemsky (¡la protagonista de Al azar, Baltasar y La Chinoise!) y protagonizada por la estupenda Alice Houri, forma parte de la serie de películas para televisión Tous les garçons et les filles de leûr age, en la que también participaron Oliver Assayas y Chantal Akerman. Se puede encontrar en Youtube con subtítulos en inglés y, hasta donde yo sé, no se puede encontrar en español, así que toca recordar como se pueda la lengua del bardo porque esto merece mucho la pena.