No tiene mucho sentido, creo, hablar de la "honestidad" de un producto cultural. No tiene sentido, y yo caigo mucho en esto, indagar en los entresijos de la vida del artista para intentar añadirle mayor profundidad o empaque a la obra en sí. Cuando hablamos de "genios" (normalmente atormentados por la enfermedad, la pobreza, etcétera) como Basquiat o Daniel Johnston hablamos más de personalidad más que de obra en sí. Nos gusta el cotilleo, nos gusta hablar de que Paul Schrader escribió Taxi Driver mientras se divorciaba de su mujer y vivía en su coche como si eso la hiciese algo mejor.
Jean Eustache se suicidó ocho años después de estrenar La mamá y la puta, con cuarenta y dos años y habiendo dirigido dos películas. Cuenta la leyenda que en la puerta de la habitación de hotel donde se disparó puso un cartel que decía "Llame fuerte, como para despertar a un muerto". Hay que intentar no pensar en esas cosas.
En 1973 Eustache presentó La mamá y la puta en el festival de Cannes entre abucheos de críticos que no toleraban la idea de una película de tres horas y media que consta casi de forma exclusiva de diálogos sobre sexo. El diario Le Figaro la llamó "un insulto a la nación", Téle-7-Jours dijo "un monumento de aburrimiento y un Himalaya de pretensión" y ahora mismo suele considerársela la mejor película francesa desde los años sesenta. La película consiguió finalmente el Gran Premio del Jurado, si hay algo que se puede alabar de Cannes es que, generalmente, son infinitamente más modernos que los pobres de espíritu que se dedican a abuchear.
La película trata de un chaval, Alexandre, que se dedica a vagar por París hablando con chicas, intentando olvidar a un amor en particular, rememorando nostálgicamente el sueño del Mayo del 68... cuando conoce a Veronika, una enfermera de origen polaco con escasa vida social que cae pronto en la verborrea eminentemente francesa de Alexandre. Alexandre vive con una mujer con la que tiene una relación liberal bastante compleja y que pretende finjir que le da igual que Alexandre se acueste con otras. La mamá y la puta hace referencia a la idea freudiana de que los hombres tienden a considerar a las mujeres como "madres" o como "putas", que no pueden desear sexualmente a aquellas a quienes aman y que no pueden amar a aquellas a quienes desean. La realidad es, por supuesto, que ninguna puta es tan puta ni ninguna madre tan madre, y los momentos finales (que en esta película puede ser fácilmente la última hora), cuando Alexandre deja de hablar de una vez y se para a escuchar lo que las mujeres de su vida tienen que decir, pueden ser de los más impresionantes de la historia del cine.
La mamá y la puta es bellísima, su blanco y negro es limpio pero sin dejar de tener textura amateur. Diría que es bella a pesar de Eustache, que está empeñado no sé si en intentar ser honesto pero desde luego en parecerlo. Me da igual si lo que cuenta esta película es verdad, lo que sé es que Alexandre, Veronkia y Marie y lo que les pasa es más real que la realidad.
Como he dicho, es una película francesa de 220 minutos en la que prácticamente solo se habla, entiendo que pueda parecer poco atractiva pero recomiendo DE VERDAD que se le de, al menos, una hora. No sería, ni mucho menos, la primera vez que a un espectador desganado le cambia la vida La mamá y la puta. Está en youtube aquí en una grabación vhs del canal plus de hace cien años y aquí en buen calidad pero con subtítulos en inglés. Si alguien me conoce puedo pasársela en HD con subtítulos en español a falta de que la editen por aquí o algo aunque por mí que se mueran todos los que piratean películas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario