lunes, 1 de febrero de 2016

a propósito del tuenti


El tuenti cierra, gran sorpresa. Ya casi se había convertido en una broma vieja lo de hacerte una foto absurda, hortera y/o gratuita y exclamar "pal tuenti"; hablar de la vergüenza que supondría que cualquier persona se pusiese a realizar actividad arqueológica en las fotos en las que te etiquetaste durante 2010 es ya un lugar común. Yo, personalmente, desdé que descubrí el twitter en 2011 decidí mover el centro de mis estupideces hacia la otra red social y, con la llegada de whatsapp, dejó de servirme como chat para hablar con la gente, lo que llevó al fin de su uso definitivamente: la última foto que subí (en la que aparecía imitando a Chiquito de la Calzada frente a un bar londinense llamado "Chiquito") fue en julio del 2012 y la última foto en la que me etiquetaron fue una con mi hermana viendo el concierto de Hola a todo el mundo en el SOS del 2013 (¡no hace tanto!) pero para entonces yo ya pasaba -como todo el mundo, imagino- y me metía tan solo por mi cumpleaños para ver si algún rezagado me felicitaba con la canción de 'Lisa hoy es tu cumple' o similar.

Viendo las viejas fotos uno siente, por supuesto, vergüenza, por las pintas, por las compañías o por las actitudes (llevé el pelo tan asquerosamente largo durante tanto tiempo que todavía no me acostumbro a que hace años que no es mi peinado) pero también hay muchos buenos recuerdos, como cuando fui a ver a los Foo Figthers, la chica de "a los antibieber", el rodaje de algunos cortometrajes primigenios, viajes de estudios... viendo los archivos de mis chats con la gente que aún no se lo ha cerrado (muy poca) puedo apreciar mi auténtica inhabilidad social, contando tonterías similares a las que puedo poner por aquí con mucha menos gracia, inteligencia y a gente a la que obviamente se la suda todo. También recuerdo afectuosamente mis muchísimas partidas al ajedrez con desconocidos y conocidos que se hartaban pronto de mí y del despertar a la sexualidad que suponía para un joven sin casa en la playa la aparición de álbumes de fotos con nombres como "veranooo 2010" o "las mejores" de chicas con las que no había hablado nunca pero a las que a veces miraba al otro lado del patio como si hubiese que resolver algún enigma.

Echo de menos tuenti porque echo de menos permitirme ser tan sumamente tonto. Creíamos que la primera gran lección que nos iba a dar la tecnología a esta generación era que todas las gilipolleces que hiciéramos iban a quedar guardadas para siempre, pero resulta que la lección era que habíamos dejado todos nuestros recuerdos en manos de hombres trajeados que en cuanto dejan de hacer dinero deciden recoger el chiringuito y marcharse. Lo terrorífico termina no siendo que todo queda guardado sino que todo es susceptible de ser borrado en cualquier momento.

9 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Supongo que podría ser, pero no hablo de Tuenti, la empresa en quiebra, sino de "el tuenti", la red social que marcó la adolescencia de muchos españoles. Lo primero es una entidad económica que me interesa más bien poco y lo segundo es un fenómeno social.

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  2. yo me disgusté un montón creo que incluso lloré

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